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martes, 9 de febrero de 2010

LOS JUEGOS POPULARES


EL JUEGO DE LAS TABAS


En Santa María de Riaza el juego de las tabas fue uno de los más populares y tradicionales entretenimiento de las niñas; nunca fue un entretenimiento masculino.

Es un juego conocido desde la Antigüedad clásica.


Es un juego de destreza en el que se utilizan siete tabas y una “pita”.La pita era una bola de cristal a veces irisada como las canicas, aunque no todas las niñas disponían de este tipo de pitas. Por lo general se utilizaban las bolas de cristal que cerraban las botellas de gaseosa. Y aún había otras pitas cuya fabricación resultaba más económica, pues consistía en una bolita de barro bien alisada y secada al sol..


Las tabas son huesos del juego de la rodilla de las patas traseras de los corderos, que en ocasiones se pintaban de diferentes colores, para este menester se elaboraba una tinta casera a base de unas pastillas coloreantes que se compraban en la tienda. Estas pastillas se disolvían en agua dentro de los frascos de inyecciones gastados y así se hacía la tinta de varios colores que tanto se utilizaba en los deberes escolares como para pintar mencionadas tabas, siendo lo más frecuente el aprovechar la ocasión cuando la madre teñía alguna prenda de vestir con una papeleta de tinte en polvo "Iberia" disuelta en un caldero de agua y puesta a hervir.



Cada uno de sus cuatro lados recibía un nombre diferente, que variaba según la zona geográfica: güito, correa, culo y chicha.


A las tabas jugaban las niñas en la calle cuando hacía buen tiempo. Nunca fue un juego masculino y se llevaba a efecto sentadas en el suelo y con las piernas encogidas hacia el vientre para dejar espacio y permitir la movilidad que requiere el juego.


El juego consiste en lanzar al mismo tiempo la pita a lo alto y dejar caer las tabas, recogiendo la pita antes de que cayese al suelo. A continuación se volvía a lanzar la pita al tiempo que se intentaba mover las tabas de manera que quedara arriba el lado que se quería, todo ello muy rápido para recoger la bola antes de que tocara el suelo. En una segunda tirada se recogían las tabas que estaban del lado correspondiente y se intentaba volver los huesos que no mostraban el lado correcto. Esta operación se repetía por cada uno de los cuatro lados de la taba. Si la pita caía al suelo, la niña perdía la jugada y comenzaba a jugar otra.




El juego acaba cuando una de las niñas ha conseguido realizar la primera todos los pasos del juego iniciados.



Este entretenimiento requiere entrenamiento y destreza.



Cada niña guardaba sus tabas y sus pitas en una bolsita.

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